Saturday, February 28, 2004

Asco y necesidad

No tengo ninguna confianza en una sociedad desideologizada, pragmática hasta la usura y ciega por intereses vicarios, pero una vez más se acercan las elecciones, y creo que es necesario recordar antes de votar, o de no votar, que aunque muchos no quieran reconocerlo también es apoyar implícitamente a alguien. Que la derecha cada vez que toca poder afianza y cimienta sus privilegios es un hecho tan obvio que no merecería mayor atención, de no ser porque la mayoría lo olvida, lo pasa por alto, y hasta lo ve con buenos ojos.

Desde que el PP se encuentra en el gobierno hemos asistido, algunos con estupefacción y la mayoría con ataraxia, al progresivo deterioro de la democracia y las libertades, y me podría pasar una hora poniendo ejemplos, desde el hecho de que el director de una televisión pública esté condenado por manipulación informativa y no dimita, que el presidente del gobierno y sus ministros hayan mentido a la sociedad y nos hayan metido en una guerra por intereses espurios, y no dimitan, que el ministro de defensa se atreva a insultar a la prensa y les arroje euros, y no dimita, que la vivienda aumente su precio en un ¡115%!, cifras que no tienen parangón en toda la Unión Europea, que las listas de espera en la Seguridad Social se reduzcan a base de dejar morir a los enfermos (y esto es rigurosamente cierto: conozco ya varios casos de personas que han ido a los centros de salud con cánceres y se les ha enviado a casa), que la educación pública se reserve a inmigrantes y a gente sin recursos, que cada vez se destinen a ella menos medios económicos, y en cambio se subvencionen colegios privados de filiación opusdeista, que el estado, supuestamente laico, se baje sistemáticamente los pantalones frente a las exigencias de la iglesia, una iglesia ante la que, en vista de los últimos casos de abusos de menores, no conviene mostrar demasiado el trasero, que se persiga como único objetivo de gestión gubernamental el tan traído y llevado déficit cero (no nos engañemos: es muy fácil conseguir el déficit cero, la clave es no hacer nada, no gastarse el dinero de los impuestos, y luego presentarlo como un modelo de buena gestión. Total, como la gente no piensa, tampoco se darán cuenta. Por cierto, que esa falacia de que baja la tributación me hace mucha gracia: los impuestos que han bajado, en efecto, son los impuestos directos, es decir, los que gravan sobre todo a los ricos, mientras que los indirectos, o sea, la gasolina, el tabaco, los billetes de tren y avión y los seguros, no han hecho más que subir. Repasen las cifras del estado).

Podría hablar de muchas realidades, como la de que se recorten los derechos de los homosexuales, de las parejas de hecho y, en definitiva, de todo aquel que saque los pies del plato, que se compren elecciones y se manipulen resultados electorales (¡qué rápidamente han silenciado las voces que denunciaban irregularidades en el recuento de la Comunidad de Madrid!), que cuando no se consiguen los objetivos deseados, se haga lo imposible por derribar gobiernos -en el 36 sacaron a Franco, y ahora se dedican a espiar a conselleres en cap para probar que han hecho lo mismo que unos meses antes hizo el gobierno de Aznar: reunirse con terroristas. ¿O es que no lo son, y reconocidos internacionalmente, los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia?-, que nos vendan la moto de que ahora hay más empleo, cuando según las cifras del Eurostat, España es el país con la mayor tasa de contratos temporales de la Unión Europea: 31,2 %.

Podría estar mucho tiempo poniendo ejemplos, porque lo cierto es que nos están tomando el pelo, nos mienten una y otra vez y seguimos tragando, y así, uno de cada tres trabajadores en España es temporal, una cifra que duplica la media de Europa, y nos hablan de seguridad ciudadana, y nos presentan a los inmigrantes como los enemigos, y convierten así los colegios públicos en ghettos, y si quieres una educación de calidad, págatela, como si no la financiásemos ya con nuestros impuestos. Las cifras de delincuencia aumentan escandalosamente, sí, pero la culpa no la tienen los inmigrantes, como dicen ellos, sino el hecho de que con este gobierno hay ¡ocho mil! guardias civiles y policías menos en España. Y, por cierto, que cuando hablo de delincuencia, no me refiero tan sólo a los pequeños robos y delitos, sí, esos que al PP le interesa mantener en el primer plano de la actualidad para difundir la idea de que hace falta más mano dura. Cuando hablo de delincuencia, me refiero a casos como el de la venta del 49 por ciento de la Funeraria de Madrid por ¡100 pesetas! a unos amigos del PP, cuando el fiscal calcula que valía 1081 millones de pesetas. Y no son sólo palabras, porque por estos delitos están procesados Luis María Huete, Simón Viñals y Antonio Moreno, todos ellos políticos populares. ¿Corrupción? Gescartera es corrupción, 18000 millones de pesetas desaparecidos, once veces más de lo que se llevó Roldán en los tiempos del PSOE. Miguel Angel Rodríguez, autor del famoso vídeo propagandístico del PP, tiene una agencia de comunicación que se llama acertadamente Eslabón Perdido Producciones que es contratada por el gobierno para sus campañas de publicidad. Resulta que por la última, que ordenó la Junta Electoral Central que se retirase, el tipo cobró 7000 millones de pesetas. ¿Corrupción? ¿No es corrupción casar a la hija de Aznar en El Escorial con fondos públicos a cargo de los presupuestos del Estado? ¿Pero qué falta de vergüenza es esta? ¿No es corrupción privatizar empresas públicas y vendérselas a los amigos, como ha ocurrido con Telefónica, Argentaria- BBVA, Endesa, Iberia, Indra, Tabacalera -Altadis y Repsol? ¿Es que no es corrupción que el Fiscal General del Estado, nombrado por Aznar, impida sistemáticamente que se investigue al PP? ¿Es que no es corrupción destituir al Fiscal Anticorrupción, que sí quería investigar?

El PP miente, miente sistemáticamente y nos estafa, nos dijo que había armas de destrucción masiva en Irak, nos dijo que el Prestige no soltaba fuel, nos dijo que la vivienda está cara porque los españoles pueden pagarla, nos han engañado tantas veces que a los que nos damos cuenta ya nos duele la garganta de gritarlo, pero mientras tanto ellos difunden desinformaciones, hacen creer que lo importante es lo de Carod, lo importante es que el PSOE está desorganizado, lo importante es siempre lo de los otros, o, si no hay nada, el derby Real Madrid - Barcelona. El programa político del PP se basa en el no-programa, en la inacción, como decía antes, pero si hubiera que definir sus líneas maestras, podría decirse que ese supuesto programa se apoya en la prepotencia, en la mentira, en la manipulación informativa, en negar la evidencia, en comprar votos y voluntades, en destruir el Estado del Bienestar, en establecer la vieja ley derechista del marica el último, o, lo que es lo mismo, el que tenga dinero, que se pague una educación y una sanidad, y el que no, que reclame al maestro armero. El programa del PP se basa en huir hacia delante y no mirar a los que quedan a los lados del camino, casas de 200 millones en Costa Castellana, o váyase de España, que aquí se vive muy bien, porque alguien compra los pisos. El programa del PP es atacar a los que piensan, torpedear las acciones sindicales, desprestigiar las iniciativas progresistas y de izquierdas. ¡Dios! El PP me da tanto asco que no puedo ser objetivo con respecto a él, no quiero serlo en absoluto, y me niego a mantenerme en una actitud tibia y distanciada, porque son precisamente esas posturas las que provocan que siga gobernando.

Es necesario cambiar, es urgente echar del poder a estos caciques prepotentes comprados por la Iglesia Católica y cada vez más ricos gracias a los votos de esa sociedad desideologizada de la que hablaba al principio. Creo sinceramente que es inaplazable salir del coma en el que llevamos sumidos ya muchos años, es preciso despertar, dar un puñetazo en la mesa y empezar a pensar que es posible hacer las cosas de otra manera. Probablemente el PSOE no sea la mejor de las alternativas, pero si hay que mojarse, yo empiezo a hacerlo en este momento, pidiendo el voto para Rodríguez Zapatero. No sé qué tal lo hará, pero si estoy seguro de que cualquier cambio en la situación en la que nos encontramos, será para mejor. Esta travesía del desierto, este descenso a los infiernos, empieza ya a durar demasiado.

Antonio López del Moral Domínguez